La seguridad en los centros educativos

Miguel Ángel Rodríguez Martínez

La Secretaría de Educación Pública (SEP) define a la seguridad como el resguardo de la integridad física, afectiva y social en la escuela, así como del entorno comunitario que la rodea y considera que es una garantía que hace efectivo el derecho de niños y adolescentes en la educación.

También establece la necesidad de disponer de una herramienta que integre las bases, procedimientos, lineamientos, acciones y estrategias que contribuyan a la cohesión e integración de la comunidad educativa, a su actuación adecuada ante situaciones de emergencia y vulnerabilidad, así como al desarrollo de una cultura de paz que contribuya a que la educación se desarrolle bajo un ambiente de convivencia pacífica.

Las entidades federativas y los municipios también contribuyen con políticas públicas y la aplicación de estrategias encaminadas a la protección de las escuelas y sus activos de valor, así como generar condiciones para que se logre la sana convivencia de los estudiantes y para que su aprendizaje se desarrolle mediante la práctica de valores cívicos y éticos.

Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), plantea que los centros educativos deben disponer de ambientes seguros y protegidos para que los niños, niñas y adolescentes puedan socializar, aprender, convivir y desarrollarse. Considera conveniente involucrar a los profesionales de la educación y la comunidad educativa para que garanticen centros educativos seguros, actúen en la prevención de situaciones de vulnerabilidad y de riesgo, e involucren a los infantes y adolescentes en su propio desarrollo y autoprotección.

La seguridad en los centros educativos se considera un concepto holístico, polivalente y multidimensional, ya que al aplicarse de manera integral, debe involucrar a directivos, profesores, trabajadores, estudiantes, autoridades y servicios de seguridad y vigilancia, el trabajo conjunto de estas personas que conforman la comunidad educativa debe garantizar la protección física de las escuelas y de sus activos de valor, generar las condiciones de libre peligro en su entorno y responder a que el aprendizaje, crecimiento y socialización de los alumnos se desarrolle de manera segura, pacífica, libre de violencia, de acoso y del uso de sustancias prohibidas.

Este aspecto fundamental en los centros educativos es un tema complejo que requiere en primera instancia de una estructura orgánica robusta o del asesoramiento de personal especializado que acompañe a sus directivos en la integración de su sistema integral de seguridad, los oriente para que puedan gestionarlo mediante un proceso eficiente, eficaz, efectivo, de calidad, les ayude en la implementación de estrategias inclusivas y no invasivas, así como en las buenas prácticas que permitan prevenir riesgos y lograr niveles óptimos de protección para sus activos de valor.

La gestión de la seguridad educativa conlleva múltiples actividades, entre las que se encuentran las siguientes:

* Planificación, diseño, aplicación y actualización de las políticas, objetivos, estrategias y protocolos de actuación, acordes a las necesidades propias de cada uno de los centros educativos.

* Diseño y aplicación de los planes estratégicos de gestión de riesgos y seguridad educativa, los cuales deben ser prácticos y objetivos para que se puedan garantizar los niveles óptimos de seguridad.

* Capacitación, especialización y actuación de los responsables de la seguridad y la vigilancia de los centros educativos para que puedan actuar como agentes de prevención de riesgos y estén en condiciones de detectar con oportunidad, sucesos que comprometan la seguridad de los activos de valor en el interior y entorno de los centros educativos, para que estén en condiciones de aplicar en primera instancia, las medidas necesarias y los protocolos de primeros auxilios a las personas de la comunidad universitaria que presenten algún problema de salud en la que se comprometa su seguridad física, moral o psicológica y para que los puedan canalizar de manera adecuada y con la oportunidad necesaria ante las instancias de salud y autoridades correspondientes.

* Pláticas a la comunidad universitaria y a los padres de familia con objeto de generar conciencia, lograr una cultura de prevención y seguridad escolar, y para que puedan actuar y orientar a la comunidad universitaria ante los casos de violencia y acoso estudiantil frente a eventos perturbadores de protección civil y los casos de delitos cibernéticos.

* Simulacros de seguridad y primeros auxilios para que la comunidad educativa se eduque y pueda actuar de manera correcta ante los casos de violencia o eventos perturbadores que se presenten y comprometan su seguridad e integridad física.

* Medidas complementarias de seguridad como los procesos de identificación, registro y revisión, sistemas de control de accesos, cámaras de videovigilancia, cercos eléctricos, botones de emergencia, medios de comunicación efectiva y bocinas de alarma, para que los encargados de la seguridad y la vigilancia puedan evitar y detectar con tiempo necesario el ingreso de intrusos, personas armadas o con sustancias prohibidas y para detectar con oportunidad, los sucesos que se presenten y comprometan la seguridad de la comunidad universitaria.

* Participación de las autoridades de seguridad pública, primeros auxilios y los servicios de emergencia a inmediaciones de los centros escolares, con el fin de que garanticen la seguridad de caminos y entornos escolares para que mantengan la limpieza, recuperación, mantenimiento y conservación de los espacios públicos, del sistema de alumbrado y entorno, para que se disponga de la presencia cercana de ambulancias y paramédicos que puedan prestar el apoyo inmediato que se requiera.

Estimados lectores, si queremos que nuestros hijos se desenvuelvan en espacios escolares seguros, si queremos que aprendan, convivan y se desarrollen en un entorno pacífico, debemos comprometernos y colaborar con la seguridad educativa. Recuerden que la seguridad es un derecho que tienen todos los estudiantes y que a nosotros nos corresponde aportar nuestro granito de arena para que se respete y garantice.

Hagamos de la seguridad, una disciplina, una norma de conducta y un principio de observancia.

miguel@marmgsc.com