La seguridad en primeros cien días de gobierno
Miguel Ángel Rodríguez Martínez
La presidenta de México en su informe de los primeros cien días de gobierno en materia de seguridad, destacó que los homicidios y lesiones dolosas, así como los robos con violencia han disminuido, que esto es una tendencia que traía su antecesor, e hizo referencia a los cuatro ejes de su estrategia al respecto (atención de las causas, fortalecimiento de la Guardia Nacional, inteligencia e investigación, y coordinación en todos los niveles), refirió que funcionará porque se basa en el humanismo, la dedicación y honestidad, además de concluir que quienes quisieran que fracasara, se quedarán con las ganas.
Las estadísticas actuales registran durante la presente administración federal un promedio de 7,850 homicidios dolosos (78 ilícitos diarios). Al comparar estos datos con los registros de la administración pasada (94 homicidios dolosos en promedio diariamente) se puede señalar que sí hay una tendencia a la baja en este tipo de delitos de alto impacto.
Como sociedad pudiéramos darle el beneficio de la duda a los datos ofrecidos por la presidenta en su informe de los cien días de gobierno, si no fuera porque la violencia de parte de los grupos delictivos persiste en diferentes regiones del país y porque la situación que se vive en el Estado de Sinaloa sigue siendo crítica con afectaciones a los diferentes sectores sociales y pareciera que las estrategias de gobierno no funcionan, ante las evidencias que diariamente muestran medios de comunicación y redes sociales.
Sobre los cuatro ejes, la presidenta hizo hincapié a la estrategia de paz de casa por casa para evitar que la juventud vea a los grupos delictivos como una opción de vida. El planteamiento parece más una estrategia demagógica, característica propia de la cuarta transformación y no, una política de gobierno que define con claridad las estrategias que le ayudarán a atender y resolver las causas del problema que representa la incorporación de jóvenes a los grupos delictivos. Debió ser más explícita y haber expuesto como está concatenando su gobierno, las estrategias sociales, de educación, salud, seguridad y desarrollo económico para captar a la juventud mexicana en un proyecto de vida sano y productivo y, como va avanzando en la contención del reclutamiento e incorporación forzada de jóvenes y adolescentes a los grupos delictivos.
Al referir que su estrategia de seguridad funcionará (en el futuro), la presidenta genera dudas, incertidumbre y la percepción de que no está involucrada en el tema, pero sobre todo motiva la intención del pensamiento en el sentido de que ella misma tiene dudas sobre la propia estrategia, de los resultados que puede generar y que el fracaso es una probabilidad.
Otro dato importante en el mensaje es que la presidenta no se ha podido desmarcar de su antecesor y mentor. Le sigue dando crédito al trabajo realizado por la administración anterior y lo vincula como el antecedente de su estrategia de seguridad. En los hechos, hay una diferencia marcada entre ambas estrategias, muestra de ello, son las acciones implementadas por las instituciones de seguridad que llevan la marca planteada por la propia presidenta ¡la coordinación y participación conjunta entre los diferentes órdenes de gobierno!
Otro tema importante en el discurso de la presidenta de México y que tiene que ver con la seguridad, se centra en la relación que mantendrá su gobierno con los Estados Unidos, una vez que asuma como presidente Donald Trump. En este apartado quedó claro que hay una preocupación por la posible deportación de migrantes de origen mexicano, por el Tratado de Libre Comercio y por las acciones que pueda tomar en contra de los cárteles mexicanos de la droga. Si bien antepuso que mantendrá el diálogo, no aprovechó la oportunidad para plantear una posible estrategia bilateral que atienda los problemas de seguridad que resultan comunes para ambos países, como es el caso de la producción y distribución de fentanilo, así como el comercio ilegal de precursores químicos y armas de fuego.
La postura nacionalista ante sus seguidores resulta más política y demagógica y no ayuda de mucho en estos temas que se plantearán como prioritarios e inclusivos para México y Estados Unidos.
Se viene una semana dinámica e interesante que debemos darle seguimiento, sobre todo porque resulta la víspera de la toma de posesión de Donald Trump.
Hagamos de la seguridad, una disciplina, una norma de conducta y un principio de observancia.