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Riesgos y legalidad de la Inteligencia Artificial

EL BAÚL AZUL

Miguel Ángel Rodríguez Martínez

La dinámica global detonó la evolución disruptiva de la Inteligencia Artificial (IA) a nivel mundial. México no ha sido la excepción, ya que está considerado como uno de los países latinoamericanos con mayor crecimiento en esta materia, principalmente en las grandes ciudades que concentran instituciones públicas de los tres órdenes de gobierno, grandes, medianas y pequeñas empresas, diferentes tipos de comercio, así como centros educativos y de salud.

Una característica común en estas áreas es la gran cantidad de información que deben procesar diariamente, lo que las obliga a disponer de ordenadores informáticos que les faciliten sus tareas, les resuelvan sus problemas y agilicen la toma de decisiones.

En este contexto se puede apreciar cómo la IA ha sido una herramienta utilizada para sistematizar datos, recopilar, procesar y analizar información, resolver problemas, definir patrones de conducta, reconocer rostros y sonidos, asistir compras e inversiones, facilitar operaciones quirúrgicas, mejorar los servicios de atención al cliente, difundir campañas de marketing y publicidad.

Hasta aquí, el empleo de la inteligencia artificial es un beneficio, genera optimismo por las ventajas que ofrece y cada día es más asistida por instituciones, empresas, organizaciones.

También se debe tomar en consideración que el empleo excesivo e irracional de la IA genera factores de riesgo para sus usuarios. Estos factores de riesgo se concentran principalmente en los siguientes puntos:

  1. La información que se almacena en los ordenadores informáticos de la inteligencia artificial, por lo regular se hace a granel sin que se clasifiquen y separen los datos públicos, técnicos y confidenciales.
  2. Una vez que esta información pasó por el proceso de sistematización, se transformó en paquetes de datos de valor para sus poseedores, razón por la que adquieren gran relevancia.

El riesgo radica en que muchos de estos datos, no cuentan con los mecanismos de control y protección adecuados. Los datos de valor quedan expuestos a cualquier persona o dispositivo electrónico y es común que se utilicen para suplantar identidades; cometer extorsiones y fraudes; generar transferencias financieras bancarias; dañar la imagen y reputación de personas, instituciones, empresas y organizaciones.

Hay otros elementos que incrementan la probabilidad de que se manifieste el riesgo con consecuencias lamentables para los poseedores de los datos:

  1. La falta de compromiso de la dirección general para definir estrategias y establecer políticas, protocolos y buenas prácticas de ciberseguridad.
  2. La nula aplicación de medidas de control, protección y seguridad por parte de los usuarios de la información.
  3. los deficientes sistemas de seguridad en los ordenadores y medios informáticos.
  4. El desconocimiento para clasificar la información de valor, incluyendo los datos personales.

Ante estos riesgos, la legalidad en el empleo de la IA es el mecanismo de protección más importante que debe existir y aplicarse. Por una parte, regula el empleo de la tecnología y reglamenta las políticas de uso y de protección de los datos; por otra parte, representa el medio que define las sanciones administrativas y penales para las faltas y delitos, como es el caso de un deficiente manejo de los datos personales, el empleo indebido de los medios tecnológicos, el robo y uso ilícito de los datos de valor.

Desgraciadamente en nuestro país, se percibe que este tema no es de interés prioritario. Muestra de ello, es la iniciativa de ley que se elaboró en el 2018 y que hasta el momento no ha tenido trascendencia en el Poder Legislativo.

A pesar de que este tema incrementa la probabilidad de que se manifiesten los riesgos mencionados, existe otro mecanismo de legalidad que es responsabilidad de los usuarios de la inteligencia artificial y es el de reglamentar la ciberseguridad como una norma interna que permita manejar de manera correcta la información que se procesa en esta tecnología y el uso responsable y seguro de los ordenadores informáticos.

Como se puede apreciar, la IA aporta ventajas y beneficios, pero la forma en la que va evolucionando, también genera factores de riesgo que comprometen la integridad física, imagen, reputación y funcionamiento de personas, instituciones, empresas y organizaciones. Es importante crear consciencia y comprometer a la dirección general para que en lo que se legisla el empleo de la inteligencia artificial, se reglamenten de manera interna las políticas, protocolos y buenas prácticas de ciberseguridad. De esta manera se protegerán los datos de valor que están a su disposición y se hará un uso responsable de la misma.

Hagamos de la seguridad, una disciplina, una norma de conducta y un principio de observancia.

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Es experto en planeación estratégica, gestión de riesgos y seguridad patrimonial, además de académico en la Universidad Panamericana

miguel.rodriguez@notiemp.com

Comentarios
  • Excelente artículo, la preocupación de todo individuo es el mal manejo de su información, e ahí la importancia de legislar sobre ellos, ya que toda empresa o dirección general de personal cuenta con nuestra información y en caso de aplicarla en un mal uso, preguntaría, ¿De quién sería la culpa o responsabilidad, de la persona o de la empresa?

    febrero 12, 2024
  • Oswaldo gracias por tu comentario que es muy acertado y coincido contigo sobre la importancia que tiene la protección de la información y de legislar en esta materia

    febrero 19, 2024

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