Robo de vehículos, delito frecuente en el Occidente del país
Miguel Ángel Rodríguez Martínez
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registró el reporte de 12,138 autos robados, durante el mes de septiembre del 2023; el acumulado a partir de enero de 2018 es de más de un millón de vehículos robados en todo el país, de los que 43% se concentra en la zona Occidente, principalmente en los Estados de Jalisco, Guanajuato y Michoacán.
De acuerdo con información pública sobre la estadística que aporta la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV), Jalisco es una de las entidades en las que se comete la mayor cantidad de robos de vehículos, principalmente en los corredores viales de las zonas metropolitanas de Guadalajara, Puerto Vallarta y limítrofes al Estado de Michoacán.
El robo de vehículos se caracteriza por los niveles de violencia con que se comete, los daños que causa al patrimonio y cadenas de suministro de productos y materias primas, los efectos físicos, psicológicos y morales que ocasiona en las víctimas y la percepción de inseguridad que genera en la sociedad.
Existen diferentes formas en las que se vulnera la seguridad en carretera y crean condiciones que facilitan el robo de vehículos, como son los casos siguientes:
- Cuando los conductores se desplazan en horarios nocturnos, pernoctan en paraderos poco concurridos, se desvían de sus rutas o de las carreteras primarias, o suben a su vehículo a personas desconocidas,
- Cuando se encuentran de manera circunstancial con grupos delincuenciales y
- Cuando los delincuentes tienen conocimiento de los movimientos de los vehículos, mercancía o personas que son de su interés.
En conclusión, el robo de vehículos es un delito que se comete de manera frecuente en todo el país; los corredores viales son los lugares que facilitan este ilícito. La zona Occidente concentra en promedio 40% del acumulado nacional. Independientemente del móvil del robo, resulta una actividad redituable para la delincuencia y también afecta por igual a empresarios, comerciantes, transportistas y particulares, además de las implicaciones negativas en la economía y en la propia seguridad pública.
¿Qué debemos hacer para mejorar nuestros niveles de seguridad, cuando transitemos en carretera? Lo ideal sería disponer de un sistema de gestión multidimensional, que incluya mecanismos de control, protección y coordinación, que den resultados inmediatos, pero las condiciones actuales dificultan esta acción.
Se requiere que cuando un particular transite en vehículo por carretera, evite desplazarse en horarios nocturnos, detenerse en paraderos poco concurridos, desviarse de su ruta o de las carreteras primarias o subir a su vehículo a personas desconocidas. Estas medidas si bien, no eliminan la amenaza que representa el robo de vehículo, si previenen en gran medida que sean objeto de ella.
Para los sectores empresarial, comercial e inclusive para los transportistas, conviene, aplicar los protocolos básicos seguridad en carretera que establecen las normas nacionales e internacionales, diseñar estrategias de seguridad patrimonial que mejoren los niveles de protección de los activos de valor e incorporar a las nuevas tecnologías y a la inteligencia artificial como soporte de los mecanismos de control y seguridad en carretera.
Generemos una cultura de prevención y de seguridad personal o institucional.
