La seguridad y los errores comunes
Miguel Ángel Rodríguez Martínez
La seguridad se entiende como un estado que genera condiciones de protección, evita peligros y daños en individuos, organizaciones y comunidades.
Todo el tiempo se habla de ser prudente, precavido y preventivo. Se les pide a colaboradores y familiares, cuidarse, protegerse y evitar actos que pongan en riesgo su integridad o que comprometan la seguridad de los activos de valor.
Estos elementos tendrían que ser argumentos suficientes para hacer de la seguridad una disciplina, una norma de conducta y un principio de observancia.
Desgraciadamente no es así. Prueba de ello es que diariamente se comparten comentarios de eventos lesivos que afectan el patrimonio de las organizaciones.
¿Es acaso que los directivos de dichas organizaciones únicamente son reactivos al ver los daños que sus activos de valor sufren, en lugar de planificar la aplicación de la seguridad, mediante la generación de estrategias y políticas?
Aquí algunos de los errores más frecuentes que se presentan en la seguridad patrimonial:
- La seguridad en general es un tema que muchas veces se ignora, discrimina o menosprecia en las organizaciones donde, mediante conductas de soberbia, directivos señalan que son seguras y que se tiene la capacidad de reaccionar de manera adecuada, en caso de que se presenten eventos peligrosos.
- La seguridad patrimonial no se incluye como un proceso de gestión institucional. Tampoco se considera como un principio de observancia y, en muchos casos, ni siquiera representa un compromiso de la dirección general.
- No se hacen inversiones planificadas en los sistemas, procesos, capacitaciones y certificaciones de seguridad, y cuando se gasta en este rubro, regularmente es para reaccionar a eventos que comprometieron a los activos de valor y que impactaron de manera negativas en las organizaciones.
- No existe interés en crear una estructura que se encargue de asesorar a la dirección general en materia de seguridad patrimonial y que sirva como centro de andamiaje con los diferentes niveles y procesos de dirección y operación.
- Se generan falsas expectativas cuando se contratan los servicios de proveedores de seguridad, creyendo que pueden atender un trabajo integral, y se comete el error de asignarle responsabilidades que son competencia exclusiva de la dirección general o del área interna de seguridad patrimonial.
Estos errores son comunes en las organizaciones, e incrementan la posibilidad de que se presenten eventos peligrosos que puedan comprometer la seguridad de sus activos de valor.
Por ello es importante que no se actúe de manera reaccionaria, sino que se genere conciencia y cultura de prevención. Ocupémonos de la seguridad patrimonial en las organizaciones, hagamos de este tema una disciplina, una norma y un principio axiológico. Seamos coadyuvantes con el logro de los objetivos institucionales.
Marco Antonio Campoy Barba
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Buen día y excelente inicio de semana para todos los lectores
Cabe la pena aclarar un punto de vista personal que el activo de valor más importante de una organización y por ello más propenso a sufrir algún tipo de incidente, es el activo humano
Creo que es importante ver a la empresa, en Todas sus dimensiones
septiembre 4, 2023