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¿Qué debemos esperar de la estrategia de seguridad?

EL BAÚL AZUL

Miguel Ángel Rodríguez Martínez

En el transcurso de la semana pasada, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó la estrategia nacional de seguridad de su administración, destacando que se trata de un esquema de prevención basada en cuatro ejes: atención a las causas, consolidación de la Guardia Nacional, inteligencia e investigación y coordinación absoluta en el Gabinete de Seguridad y con las entidades federativas.

De las aportaciones hechas por Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal, destaca lo siguiente:

1) Atender las causas: Se debe reducir la pobreza, cerrar brechas de desigualdad y generar oportunidades para que los jóvenes tengan acceso a una mejor calidad de vida. Para lograr resultados en este eje, se necesita de un plan integral que considere acciones de mejora social, educativa y laboral, una inversión inteligente y el trabajo colaborativo de todas las instituciones del gobierno federal que atienden los temas sociales, educativos, económicos y de seguridad.

2) Consolidación de la Guardia Nacional para que brinde el apoyo a la sociedad, así como a los investigadores y agentes de inteligencia. Este eje requiere de un trabajo extenuante de la Secretaría de la Defensa Nacional que debe procurar la legislación adecuada para que esa corporación policial cumpla con las misiones que le fueron conferidas, como resultado de la reciente reforma constitucional; necesita robustecer el despliegue operativo que tiene actualmente esta fuerza armada, pero el mayor esfuerzo se centrará en los campos de la gestión organizativa, administrativa, formativa y presupuestal, para que pueda garantizar un eficiente desempeño de sus integrantes, con apego a los principios y valores éticos y morales de las fuerzas armadas y el respeto irrestricto de los derechos humanos de la sociedad, principalmente el de la dignidad humana.

3) Fortalecimiento de inteligencia e investigación: en este eje destacan dos aspectos, a saber la creación de una Subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial y conformación del Sistema Nacional de Inteligencia para la coordinación de los sistemas de seguridad del Estado y de las entidades federativas. Este eje representa el punto neurálgico de la estrategia de seguridad, es en el que está depositada la confianza de la Presidencia de la República.

Hay dos áreas que generarán inteligencia. Una dependerá directamente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Por su naturaleza, será de carácter operativo. La otra, es de coordinación e intercambio de información, que será coordinada por el Centro Nacional de Inteligencia, aprovechando y mejorando su estructura y capacidades actuales. En este eje se perciben los siguientes retos:

A) El primer reto será consolidar las áreas de inteligencia civil para que su funcionamiento sea eficiente, eficaz y efectivo, que esté orientado a la generación de productos de inteligencia que se integren a las carpetas de investigación y deriven en vinculaciones a procesos y sentencias. Deben estar ajenos a intereses y posturas políticas.

B) El segundo reto se centra en vincular los esfuerzos de todas las áreas de inteligencia del Estado Mexicano para un fin común, el de “seguridad pública”. Hay que recordar que este planteamiento estratégico no es nuevo, ya que en las últimas cinco administraciones federales, intentaron integrar y consolidar un sistema nacional de inteligencia sin tener éxito. El problema en el pasado fue que las autoridades en turno quisieron subordinar el esfuerzo de todas las instituciones del Estado a una sola causa, bajo la dirección de una sola figura. No tomaron en cuenta que, todas ellas tienen funciones esenciales, que les marca la Constitución para atender el entorno de la seguridad y la procuración de justicia. Si en este ejercicio, la presente administración logra empatar el trabajo coordinado y cooperativo de las instituciones del Estado, respetando sus misiones esenciales se tendrán buenos resultados, si no se cuidan las formas y los formatos, se cometerá el error de siempre y es muy probable que este eje fracase.

C) El tercer reto se focaliza en los objetivos de las áreas de inteligencia y de investigación. Estas áreas son responsables de aportar productos de análisis y recomendaciones para la toma de decisiones en materia de seguridad y procuración de justicia, por lo que requiere de una adecuada planeación y gestión, principalmente para las áreas de nueva creación. Esto conlleva un trabajo detallado de organización, administración y operación, requiere de procesos eficientes de reclutamiento y selección de capital humano y de un escudo robusto de protección, seguridad interna y contrainteligencia.

D) Un cuarto reto lo representa la educación continua y de especialización de los agentes de inteligencia. Para este tema, se propone crear la Academia Nacional de Seguridad. Su consolidación debe ser en el corto plazo y debe tener la capacidad de generar la doctrina, los procesos y la metodología que permita homologar la elaboración de planes, programas y productos de inteligencia, así como la formación adecuada de los analistas. Lo relevante de este reto será orientarlo a las características, problemática y necesidades de nuestro país.

E) Y el último reto, coordinación absoluta en el Gabinete de Seguridad y con las entidades federativas. Se busca una responsabilidad compartida y una respuesta unificada para disminuir la incidencia delictiva, neutralizar a los generadores de violencia, redes criminales y fortalecer las capacidades de prevención de las policías locales. Este eje necesitará de un liderazgo inclusivo, participativo, democrático, orientado a las tareas y autocrítico. Para lograr el éxito deben prevalecer los objetivos institucionales, porque si prevalecen los discursos políticos llenos de resentimiento, la repartición de culpas, las diferencias ideológicas y los colores partidistas, la coordinación fracasará.

Veamos como empiezan a trabajar las autoridades actuales. Será necesario llevar una métrica de las acciones y resultados que se vayan obteniendo. La sociedad tiene la responsabilidad de hacerle expresar sus preocupaciones, los especialistas deben aportar propuestas de mejora, los medios de comunicación se obligan a ser objetivos y las autoridades deben ser receptivas, autocríticas, garantizar la libertad de expresión, ser empáticas en sus relaciones con los diferentes sectores sociales y lo más importante, tener la capacidad de mantener la capacidad de lograr mejoras y resultados inmediatos y tangibles.

Hagamos de la seguridad, una disciplina, una norma de conducta y un principio de observancia.

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Es experto en planeación estratégica, gestión de riesgos y seguridad patrimonial, además de académico en la Universidad Panamericana

miguel.rodriguez@notiemp.com

Comentarios
  • Excelente resumen, muy objetivo.

    Desafortunadamente, solo se están atendiendo las causas del siniestro, sin atender sus efectos desastrosos.

    A simple vista parece acertada la decisión del gobierno federal de enfocar los esfuerzos de su politica de seguridad al 100% en la prevención; sin embargo, esto deja desprotegida a la sociedad afectada por la inseguridad real al no atender sus efectos, no lo digo yo, lo dicen las propias estadisticas gubernamentales.

    Sin duda el gobierno actual (igual que su antecesor) una y otra vez han ventilado su incapacidad de acción y atención a estos efectos desastrosos para tomar decisiones concretas por miedo a equivocarse, pensamientos obsesivos sobre la critica y al que va a decir su pueblo bueno, excusandose en la culpa de sus antecesores.

    octubre 14, 2024
  • Excelente análisis, felicidades y solo resta esperar resultados, finalmente 6 años pasan muy rápido…

    octubre 15, 2024

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