Borrón y cuenta nueva para entrantes administraciones de gobierno

Miguel Ángel Rodríguez Martínez

A partir del 1 de octubre iniciarán los relevos en administraciones públicas de los tres órdenes de gobierno. Con estos cambios en la dirección de los poderes ejecutivos federal, estatales y municipales se irán escuchando voces de las futuras autoridades de que comenzarán su trabajo a tambor batiente, que trabajarán de la mano del ciudadano, retomarán sus frases de campaña en el sentido de que bajarán los índices de violencia y mejorarán las condiciones de seguridad ciudadana.

Habrá voces que retomen la célebre frase al iniciar su administración, de “borrón y cuenta nueva”, desmarcándose de los malos resultados obtenidos por sus antecesores, aunque sean de la misma filiación política. Las causas que motivarán el desmarque tienen que ver con las estadísticas y la situación que prevalece en materia de inseguridad en diferentes regiones del país.

Vayamos primero a las estadísticas. El INEGI publicó recientemente la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Inseguridad Pública Urbana (ENVIPE) 2024, en la que destaca que 1) 60.7% de la población de más de 18 años considera a la inseguridad y la escasez del agua, como los dos problemas más graves en el presente año, 2) los Estados con mayor percepción de inseguridad son Morelos, Guanajuato y Zacatecas. Bajaron en la percepción Baja California, Sur, Yucatán y Coahuila. El resto de las entidades no tuvo un cambio significativo, 3) Los lugares públicos en donde las personas se sienten más inseguras son cajeros automáticos, transporte público, bancos, calles y carreteras, 4) Los delitos que más afectan a la sociedad son el robo de vehículos, a casa habitación, asalto en la calle o transporte público, fraude, extorsión, amenazas, lesiones, secuestros y delitos sexuales, 5) las conductas antisociales que motivan la incidencia delictiva es la venta y consumo de alcohol y drogas, pandillerismo y acciones violentas motivadas por el uso de armas de fuego.

La encuesta aclara que el narcotráfico, delincuencia organizada, robo de combustible y trata de personas no son susceptibles de medirse en una encuesta de victimización. Por desgracia, estos ilícitos son los que más violencia e inseguridad generan en el país.

En el último informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) durante el 2024 se acumularon 20,147 víctimas por homicidio doloso, siendo mayo el mes más violento y los Estados con mayor índice de violencia son Baja California, Estado de México, Chihuahua, Jalisco, Guerrero y Michoacán, y que la percepción de inseguridad disminuyó 14.3% en lo que va de la administración.

Ahora vayamos a la situación de inseguridad que se vive en diferentes regiones del país: 29 municipios de los Estados de Sinaloa, Durango, Nuevo León, Michoacán, Guanajuato, Chiapas y Oaxaca, suspendieron el Grito de Independencia por la situación de violencia que viven. En Morelos, la desaparición de personas y el abandono de propiedades que están siendo ocupadas por delincuentes, va en aumento. Chiapas sobresale por la violencia que genera la confrontación de grupos delictivos por mantener el control de las zonas fronterizas y, por último, Sinaloa ha sido objeto de hechos violentos durante varios días.

Estos son algunos de los temas incómodos para las nuevas autoridades de gobierno. Es la causa por la que algunas de ellas, tratarán de desmarcarse de sus antecesores y el motivo por el cual tratarán de borrar estos datos de sus agendas públicas.

La sugerencia es que veamos autoridades propositivas que consideren los errores del pasado como áreas de oportunidad, que permitan la participación de expertos y de la sociedad en el desarrollo de políticas públicas de seguridad, que orienten, supervisen y evalúen las estrategias para que sean eficientes, eficaces y efectivas.

Estas acciones no garantizan la solución total del problema, pero sí ayudan a tener resultados inmediatos, a reducir los índices de violencia, a recuperar los espacios públicos bajo control de los delincuentes, a generar el libre tránsito en la vía pública y a que aumente la percepción de seguridad ciudadana y la confianza en las autoridades.

Hagamos de la seguridad, una disciplina, una norma de conducta y un principio de observancia.

miguel@marmgsc.com