La inseguridad marcó el proceso electoral

Miguel Ángel Rodríguez Martínez

Por fin concluyó el proceso electoral más grande de la historia de nuestro país; un proceso marcado por los ataques, señalamientos y acusaciones entre los candidatos, que incrementó la polarización social, ya asentada en gran parte del país por los discursos y actitudes del presidente de la República, así como por la violencia en contra de aspirantes y candidatos, desde el primero y hasta el último día del proceso electoral.

La jornada del domingo 2 de junio de 2024, tuvo las siguientes características:

a) En materia de inseguridad, en diferentes Estados del país se registraron actos vandálicos, quema de casillas, robo de boletas, detonaciones de armas de fuego y agresiones. Las autoridades electorales señalaron que se trata de hechos que representan un porcentaje poco significativo, si se toma en cuenta la cantidad de casillas instaladas. No es justificable está postura cuando hablamos del proceso electoral más violento de la historia de México.

b) La sociedad civil, en cuanto su participación en la jornada electoral, fue nutrida. Su actitud antes, durante y después de la votación fue responsable. Se percibió el respeto ciudadano y el acato a los protocolos para emitir su sufragio. Por su parte, los representantes de casilla mostraron capacidad y habilidad para facilitar el proceso. Se puede señalar que la participación de la sociedad civil fue ejemplar.

c) Al cierre de las casillas, iniciaron las campañas mediáticas y de desinformación por parte de las diferentes fuerzas políticas. Todos anunciaron sus triunfos anticipados, se señalaron triunfadores y garantizaron resultados favorables y arrasadores. El inicio del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) bajó la intensidad de estas campañas.

d) A nivel federal como en algunos Estados de la República, el PREP presentó algunas limitaciones por la falta de personal para capturar los resultados. Está situación únicamente hizo más lento el conteo de las actas, pero no afectó el proceso.

Es así como el proceso electoral del 2024, nos deja a los mexicanos varias lecciones:

a) Mientras las autoridades no asuman una responsabilidad compartida para generar condiciones que permitan procesos electorales pacíficos, la violencia seguirá siendo el sello de las campañas electorales.

b) La sociedad mexicana, a pesar de encontrarse en situaciones adversas, seguirá anteponiendo a sus intereses personales, los de la sociedad en general y buscarán tener al o a la mejor representante que les garantice estabilidad y un mejor futuro.

c) Las autoridades electorales y los representantes de casilla han dado muestra de madurez, sensibilidad y conducta democrática.

Esperemos que nuestros próximos representantes se encuentren a la altura de atender las necesidades y problemas que padece la sociedad mexicana. Ojalá y no echen a perder lo que se ganó con tanto esfuerzo.

Hagamos de la seguridad, una disciplina, una norma de conducta y un principio de observancia.

miguel@marmgsc.com