¿Qué pasó en Guerrero con el huracán Otis?

Miguel Ángel Rodríguez Martínez

Otis se formó como depresión tropical el pasado 22 de octubre: en sólo 24 horas se intensificó a tormenta tropical y pocas horas después, se convirtió en huracán categoría 5. Impactó en Acapulco, Guerrero, con vientos sostenidos y rachas de 270 y 330 kilómetros por hora. Además generó lluvias intensas y oleajes de hasta 8 metros. Una vez en tierra, Otis tardó tres horas para bajar a categoría 4 y su degradación a baja presión fue muy lenta.

Acapulco es un centro turístico importante en México, promedia una derrama económica de 6,000 millones de pesos por temporada vacacional. De acuerdo con el INEGI, su población es de 779,556 habitantes, aunque hay registros que al 2023, su población es de 1´019,000 habitantes.

Antes del impacto del huracán

El Sistema Meteorológico Nacional mantuvo el monitoreo del huracán desde su formación como depresión tropical y hasta su degradación a baja presión remanente, al igual de publicar reportes de alerta en su sitio web.

El reporte meteorológico que la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil del Estado de Guerrero difundió el 24 de octubre de 2023, estimó únicamente precipitaciones intensas durante la noche-madrugada del 25 de octubre, crecida de arroyos y ríos, deslaves e inundaciones, oleaje de 2 a 4 metros, así como eventuales interrupciones de energía eléctrica y telefonía.

Después del impacto de Otis

Las primeras imágenes que se difundieron mostraron destrucción de hoteles, comercios y casas, daños a centros de salud, colapso de los servicios básicos y sistemas de energía eléctrica y comunicaciones. También causó muertes, desaparecidos, inundaciones, deslaves y rapiña.

Las autoridades locales y federales iniciaron las actividades de recuperación de los sistemas de energía y de comunicaciones, y actuaron en auxilio de los damnificados, pero han sido cuestionadas por los medios de comunicación y sociedad civil, quienes han señalado una falta de sensibilidad y empatía de parte del gobierno para auxiliar con prontitud a las personas afectadas, centralizar de manera injustificada el apoyo de las organizaciones civiles y ser deficientes para reestablecer los servicios básicos y las comunicaciones.

La población afectada manifiesta la falta de apoyo de las autoridades, pide agua potable, comida y el restablecimiento de los servicios básicos.

¿Qué pasó en Guerrero con el huracán Otis?

Antes de que impactara el huracán se percibe un contraste en los reportes del Sistema Meteorológico Nacional y de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de Guerrero, lo que evidencia una falta de atención a los reportes oficiales y la falta de las acciones preventivas que ameritaba este fenómeno natural.

Las características propias de un huracán categoría 5 causan efectos devastadores; en el caso del huracán Otis, afectó a un millón de personas, ocasionó daños en al menos 80% de los hoteles y comercios, además de las áreas productivas del centro turístico y ocasiono pérdidas económicas de entre 10,000 a 15,000 millones de dólares, sin considerar los municipios aledaños.

Después del impacto de Otis, se evidenció la incapacidad de las autoridades, principalmente las locales para mantener el control de las zonas afectadas, evaluar los daños y proporcionar el auxilio inmediato a los damnificados; muestra de ello es que la rapiña se cometió antes de que entraran las fuerzas de seguridad. Esperemos que esta coyuntura no haya sido aprovechada por la delincuencia organizada.

Como conclusión, es imposible contener los efectos de los huracanes, lo que, sí es posible, es que autoridades y sociedad civil lleven a cabo acciones preventivas y coordinadas para reducir los riesgos, y posteriormente aplicar planes de emergencia que permitan prestar el auxilio inmediato a los damnificados.

miguel@marmgsc.com