Vocación docente frente a modernización de la profesión
Gustavo Vaca Medina
Hoy toca hacer referencia a un campo profesional que durante mucho tiempo se ha posicionado como uno de los más representativos y respetados del país. Hablar de las y los profesores, en todos sus niveles, es hablar de esas personas que en su momento fueron para todas y todos nosotros ejemplos a seguir, motivación para cumplir un sueño, aquellos que sin ser nuestros padres nos dieron consejos y tenían dentro de sus atribuciones implícitas, la posibilidad de cuestionar o corregir ante hechos que iban condicionando nuestro crecimiento personal.
El reconocimiento natural y obligado hacia el gremio ha sido representado de una y mil formas, todas merecidas y con las cuales estamos en sintonía para enaltecer y valorar a una profesión invaluable para el crecimiento y consolidación de una sociedad, acusada de que sus principios y valores cada vez están más deteriorados.
Según datos del INEGI, para el periodo de estudio comprendido entre 2020-2021, en nuestro país estaban en activo 2 millones 19 mil profesoras y profesores en todos los niveles. Siendo el Estado de Jalisco, el 4º con mayor relevancia, contando con una plantilla docente de 131 mil 48 profesoras y profesores, solo por debajo del Estado de México, Veracruz y la Ciudad de México.
El sector educativo se ha visto afectado por un fenómeno mundial como el COVID-19, que lo ha condicionado al igual que a distintos sectores productivos del país, obligando a una reestructura inmediata, capaz de involucrar el principio administrativo de cambio estratégico para hacer frente a las exigencias actuales.
El presente de la docencia en México y en nuestro Estado, requiere de un entendimiento y adaptación al contexto macro, ligado principalmente a una revolución globalizadora y tendencia de modalidades no presenciales. El reto principal radica en descubrir si las capacidades y los recursos con los que cuentan las profesoras y profesores, podrán hacer frente a las situaciones que se están viviendo ya desde hace más de 2 años.
Como consecuencia de dichos cambios, es fundamental entender que la evolución de la educación en nuestro país es una asignatura en proceso y que las personas que han dedicado su vida a ejercer la noble profesión de la docencia, están bajo un panorama de incertidumbre y cambio constante. Se dice incluso que el gremio está en peligro de extinción, cuestión que nosotros debatimos.
No tratemos de quitarle valor a la profesión, no dudemos de la capacidad de nuestros profesores, no establezcamos que la sustitución del docente, por el fenómeno de la virtualidad, es la solución. Es momento de reflexionar y tener claro que la profesión está pasando por un proceso de modernización donde las condiciones del proceso de enseñanza y aprendizaje no son sencillas y mucho menos rápidas.
Como Colegio de Profesionistas aplaudimos, reconocemos y sobre todo estamos conscientes de que la profesión está más viva que nunca. Reconocemos el proceso complejo que ha sido y valoramos el esfuerzo que han dedicado a replantear sus acciones como parte de la vocación. Por esto y muchas cuestiones más, Gracias.
