Impacto de las extorsiones telefónicas bancarias
Miguel Ángel Rodríguez Martínez
Una extorsión telefónica es una modalidad de fraude que se realiza para obtener beneficios económicos, a través de la amenaza, intimidación o engaño. Se le considera un delito porque el extorsionador obtiene beneficio económico, causando un perjuicio patrimonial a la víctima.
Una de las modalidades de fraude telefónico se relaciona con las instituciones financieras y es conocido como vishing bancario. En esta modalidad, los defraudadores hacen llamadas aleatorias y cuando les contestan el teléfono, se identifican como ejecutivos bancarios, interactúan de manera normal con su víctima, le ofrecen beneficios y recompensas o les indican sobre supuestos cargos no reconocidos, le generan confianza, guían a que abran su cuenta electrónica, introduzcan contraseñas, compartan sus números de cuenta y códigos de acceso; una vez liberados los privilegios de seguridad, hacen las transacciones de dinero a sus cuentas bancarias y cuando logran su objetivo, cuelgan el teléfono sin previo aviso. Esta actividad representa una amenaza permanente y genera un daño directo a las víctimas.
El objetivo de los extorsionadores o defraudadores son las personas más vulnerables, aquellas de las que se pueden aprovechar, que cometen más errores y vulneran sus datos personales y financieros; sobresalen aquellas personas que se confunden o se ponen nerviosas con las llamadas telefónicas, las que interactúan e intercambian información con los supuestos ejecutivos sin confirmar la veracidad de la llamada, las que tienen una comunicación deficiente con sus familiares y no piden orientación para ser preventivos, las que relacionan la llamada con algo que les pasó, con una necesidad que tienen o situación que están viviendo, las que colaboran de manera ingenua con los defraudadores y les proporcionan sus datos personales, bancarios, contraseñas y códigos de acceso, las que ignoran la ciberseguridad y liberan los privilegios de acceso de su banca electrónica.
Resulta evidente que la combinación de ambos factores, genera un riego constante y un impacto grave en las víctimas. El riesgo se focaliza en primera instancia en el patrimonio y dependiendo de los logros que obtienen los defraudadores, etiquetan a algunas de ellas como objetivos directos y permanentes, cambiando la modalidad de extorsión para obtener mayores beneficios económicos, a costa del perjuicio de los bienes jurídicamente tutelados de dichas víctimas.
Un dato histórico interesante en este rubro es el trabajo de investigación “El fraude en México: daños patrimoniales y trabajo legislativo para enfrentarlo”, elaborado en septiembre de 2023 por la Dirección General de Análisis Legislativo del Instituto Belisario Domínguez (IBD), en el que señala que el fraude es uno de los delitos de mayor incidencia delictiva, se han sofisticado las modalidades de engaño y en promedio se registran en nuestro país, 15,000 fraudes y 13,000 extorsiones en sus diferentes modalidades.
Este resultado es coincidente con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2024, publicada por el INEGI el 19 de septiembre de 2024 y en la que destaca que el fraude y la extorsión han sido frecuentes y se ubican dentro de los principales delitos que afectan a la sociedad mexicana, desde el 2022 hasta el presente año.
Por su parte, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), destaca que durante el presente año, 20 instituciones financieras han notificado la suplantación de su identidad con afectaciones de sus clientes. Durante el primer semestre del año atendió únicamente en la ciudad de México 25,269 reclamaciones, en las que se recuperaron 233 millones de pesos en favor de los usuarios. Este dato estadístico nos permite determinar lo lucrativo que representa este delito.
Para el caso del Estado de Jalisco, refiere que en la entidad continúan las denuncias de fraudes y extorsiones telefónicas bajo diversas modalidades, entre las que destacan las de carácter financiero y “MIDE Jalisco” tiene registradas hasta el 31 de octubre de 2024, 360 extorsiones telefónicas denunciadas por las personas que han sido víctimas de este delito.
Como se puede apreciar la extorsión telefónica es un delito que impacta directamente a la sociedad, por desgracia no siempre se denuncia, pero lo importante es que se puede prevenir con una serie de medidas de seguridad personal, como los que se describen a continuación:
A) Evitar contestar llamadas telefónicas de números desconocidos, B) No interactuar con supuestos ejecutivos de instituciones financieras que pretenden obtener información del cliente y consultar con la institución bancaria, la veracidad de la llamada, C) No proporcionar datos personales, bancarios, contraseñas y códigos de acceso de la banca electrónica a supuestos trabajadores bancarios, D) Seguir los protocolos establecidos por las instituciones bancarias para consultar información o realizar trámites o transferencias bancarias, E) No dejarse llevar por las ofertas, premios o recompensas que supuestamente han ganado, F) Ante llamadas intimidatorias mantener la calma y colgar el teléfono, G) Boletinar los números sospechosos o de fraude y H) Mantener comunicación con la familia para evitar que sean objeto de fraudes bancarios.
Hagamos de la seguridad, una disciplina, una norma de conducta y un principio de observancia.
Gabriel Paulino Ruiz Del Toro
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Excelente artículo buen día
diciembre 2, 2024